jueves, 17 de septiembre de 2009

*Estrofasos de filosofía popular - CAMBALACHE

Prólogo con variaciones

Con el estreno de "Mi noche triste", en 1917, nace nuestra canción ciudadana. Con la muerte de Gardel, en 1935, se apaga la voz viva de su cantor. Esta fecunda unión duró apenas 18 años. En ese corto lapso fue tal la creatividad que aún hoy, a más de medio siglo, siguen sus testimonios dando vueltas por ahí, sorprendién¬donos todavía.

A tan brillante etapa le seguía otra. En los 40, autores de la talla de Manzi, Discépolo, Cadícamo, Celedonio Flores, Cátuto Castillo, Homero Expósito, aún cuando arrancan antes, culminan su obra nutriendo de trascendente talento a una nueva y rica forma de expresión: las orquestas típicas y sus cantores... Después... quedaron unos pocos por aquello de confirmar la regla...

Pero la cosecha grande se hizo en breves mo¬mentos.
¡Poco tiempo para tanto espacio! Bien vale recor¬darlo.

Al encarar esta aventura editorial pensamos que era oportuno presentar una selección temática tanguera con algo de aquel inolvidable ayer y de lo bueno más reciente. Es otra puerta que empieza a abrirse. Sin duda habrá otras maneras de agrupar los contenidos. Es probable que, sin querer, omitiéramos títulos que no debieron faltar. Confiamos que los amigos ayudarán a corregir tales errores.

Confesamos que nos divirtió la idea de este tierno chiste de los estrofasos. Nos lo permitimos a partir de sentir al tango como parte nuestra. Y no es cuestión de caer en excesos reverentes con las propias entrañas.

Ojalá sean muchos los que se dediquen a convidar estrofasos a los amigos, novias y parientes. Nada más que por las ganas que tenemos de recuperar, cualquier día de estos, el sano vicio de cantar nuestra propia canción.

Noviembre de 1990

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