miércoles, 16 de septiembre de 2009

*El apagón es un hecho puntual

(el domingo 24/11/2002, justo a la hora que empezaba el partido Independiente-Boca, definitorio del Campeonato de Fútbol, hubo un apagón en casi toda la zona Metropolitana de Buenos que duró, en algunos casos, varias horas)

3 de diciembre de 2002
Se corta la luz por un rato en una zona del país y listo, se acabó. ¿Se acabó? No. Todo depende de si fue accidental o intencional, de cuánto dure y qué grande es la zona afectada, a cuántos alcanza y por cuánto tiempo, qué daños causa, cuánta comida se pudre, cuántos aparatos se arruinan, si fue por fallas en el sistema, falta de mantenimiento, negligencia, especulación o si será un apriete para aumentar la tarifa. ¿Seguirán aumentando? Desde que todo se privatizó, se evaporó, en el país, las tarifas aumentaron, los sueldos no. ¿y ahora otra vez? ¿el gobierno lo permitirá? parece que si. ¿Somos giles? ¿lo vamos a aceptar? ¿se va a repetir el corte? ¿se agravará? ¿cómo nos podemos defender? Son cosas con las que no se debería joder. Hay gente que se muere por esto, no es sólo que no te dejan ver el partido. La luz es un servicio estratégico, como el agua y el gas. ¿Quiere decir que nos tienen agarrados? Ahora dicen que no pueden invertir, que están forzados a aumentar las tarifas, pero no les importa, se cagan en la gente. Por bastante tiempo estuvieron ganando y se la llevaron. Lo mismo que con los teléfonos. Al principio aumentaron y andaban bien porque los tiraron al bombo cuando todavía eran estatales, pero ahora si se te descomponen olvidate, no te atienden o no te dan bola. Además antes aumentaron mediante la corruptela política. Cuando no. Claro, los dejaron caer para que nos parezca bien que los vendieran, que hicieran su negocio. Dijeron privatizar ¿porqué no dicen la verdad? Que nos afanaron. Nos hacían el verso de que el Estado era mal administrador, que había que ser modernos. Y también era cierto en la medida en que lo hicieron pelota al Estado, mejor dicho, hicieron un Estado más a su medida, que les sirviera a ellos y no a la gente. Nosotros y nuestro patrimonio somos el país. Nos quedamos sin patrimonio, que es como decir sin país. Antes era nuestro ¿nuestro? ¿sentíamos en serio que era nuestro o nos hicieron un laburo para que sintamos que era de nadie, que podían rifarlo, que no importaba? Lo mismo pasó con Aerolineas, los aeropuertos, los FFCC, SOMISA, los puertos, ELMA, YCF, YPF... Con esto fue terrible porque liquidaron las instalaciones y la comercialización de una empresa que daba ganancias y, lo más grave, un recurso como el petróleo que se agota y chau, una vez que lo extraes no vuelve más. Y para peor, después que se llevaron todo, aumentó la deuda. Ahora debemos más que nunca. Y esa política les sirvió para desmantelar las fábricas, las empresas, que se vaciaron para que los patrones jugaran a la especulación y cerraran y nos quedamos sin laburo y, otra vez más, aumentó el desempleo y la pobreza. Y ¿acaso vamos a creer que todo eso lo hicieron a espaldas nuestras? No, para nada. Los ayudamos. Con el Pacto de Olivos, Alfonsín y Menem parieron la nueva Corte Suprema que ahora queremos echar, se permitió que en el 95 fuera reelecto Menem, elegido por el 52% de los argentinos para que nos hiciera mierda y a De la Rua, para que siga el mismo camino también lo eligió la mayoría para dejarnos en lo que somos hoy, una sociedad hecha puré, desintegrada. Dijimos que nos toman por giles ¿no será que somos los campeones mundiales de los boludos? Y lo peor es que no sabemos para qué lado disparar y nos cuesta reconocerlo. Se habla del tejido social para decir que la sociedad es eso, un tejido. Que cada hebra es un hecho, una circunstancia distinta. Es relativo. Un tejido depende de los puntos que lo forman y si los hilos se cortan se arruina, se desarma el chaleco y entonces hay que remendarlo y nunca queda bien, siempre se nota el remiendo. Lo social es diferente. Cada hebra que se agrega o que se corta hace que el tejido sea distinto, siempre es otro. Porque además no sólo están las hebras, hay otras cosas. Está el tiempo que se consume y que nos consume y las mujeres y los hombres que lo tejen, que también juegan su papel y que...
Mirá, no... el apagón no es un hecho puntual. Es como una parte más de un tren que viene desde el pasado y que va hacia adelante. Hasta ahora fuimos yendo como pasajeros y dejamos que lo manejaran otros. Tenemos que ver si somos capaces de decidir el rumbo y el ritmo de marcha... para que no nos sigan apagando.

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